0 ¡Dictadura no! ¡Demo(Pseudo)cracia si!
Manuel Fraga, reconocido
demó(pseudo)crata
participa en la manifestación
de rechazo al golpe del 23-F
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Al dirigirme a todos los españoles, con brevedad y concisión, en las circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo, pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he cursado a los Capitanes Generales de las Regiones Militares, Zonas Marítimas y Regiones Aéreas la orden siguiente:
«Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del Congreso y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las Autoridades Civiles y a la Junta de Jefes de Estado Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente.
Cualquier medida de carácter militar que en su caso hubiera de tomarse deberá contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor.»
La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum.
Voy a hacer un análisis del discurso "contra" el golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981, no sin antes recordar que estas palabras fueron las únicas que pronunció el Monarquísimo y que además las pronunció a la una de la mañana del día 24, horas después del inicio del golpe de Estado:
Al
dirigirme a todos los españoles con brevedad y concisión (y
tanto),
en las circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos
viviendo (llevábamos
viviendo esas circunstancias desde hacía varias horas, pero Su
Majestad el Monarquísimo parece que se enteró con retraso),
pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he
cursado a los Capitanes Generales de las Regiones Militares, Zonas
Marítimas y Regiones Aéreas la orden siguiente (a
buenas horas):
«Ante
la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del
Congreso (y
la no intervención de Su Majestad el Monarquísimo hasta que se vio
con el agua al cuello) y
para evitar cualquier posible confusión (no
valla a ser que los españoles nos confundamos y descubramos la
verdad...),
confirmo que he ordenado a las Autoridades Civiles y a la Junta de
Jefes de Estado Mayor (repito:
a buenas horas) que
tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden
constitucional dentro de la legalidad vigente.
Cualquier
medida de carácter militar que en su caso hubiera de tomarse deberá
contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor.»
La
Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la patria (la
del alzamiento, claro),
no puede tolerar en forma alguna (bueno,
en realidad lo hizo durante varias horas) acciones
o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el
proceso democrático (¿como
en 1036? a, no, eso no cuenta) que
la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día
a través de referéndum (después
de habernos impuesto el sistema monárquico como heredero del estado
fascista del Tío Paco).
Una
vez que nos hemos informado convenientemente de lo ocurrido y tras
leer o escuchar este discurso se presentan dos posibilidades:
- El Monarquísimo apoyó el golpe y al ver que fracasaba emitió un comunicado no sin antes esperar pacientemente hasta la una de la mañana a que más regiones militares secundaran el golpe. En consecuencia, el Monarquísimo es un golpista.
- El Monarquísimo tenía las mejores intenciones y el comunicado es sincero. Sin embargo tardó tanto tiempo en percatarse de lo que ocurría debido a su desinformación. En consecuencia el Monarquísimo vive aislado de la sociedad y no se entera de lo que pasa.
Es
una duda interesante, pero recientemente los alemanes nos la han
despajado:
Un cable del embajador alemán en Madrid en 1981 revela las impresiones del monarca tras la asonada
Fuentes:
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Monarquísimo
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